Brenda Yadira Alaya Mestas
INTRODUCCIÓN
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señala que entre 2019 y 2023 los nacimientos inscritos en Perú cayeron un 20,4 %, lo que representa 118 267 registros menos. Solo entre 2022 y 2023 se registró una caída del 10,4 %, pasando de 516 295 a 462 755 nacimientos. Este descenso persistente, influido en parte por el impacto del confinamiento por la pandemia en 2020, también se vincula con cambios en los comportamientos familiares: demoras en la maternidad, menor propensión a casarse y decisiones conscientes de no tener hijos, lo que refleja transformaciones sociales y demográficas profundas.
PROBLEMÁTICA
La problemática central derivada de la disminución de nacimientos en Perú radica en que cada vez menos parejas tienen hijos y postergan la maternidad y paternidad, priorizando estudios, carrera profesional y estabilidad económica, lo que ha provocado una caída de más del 20 % en la natalidad desde 2019. Esta tendencia contribuye al envejecimiento de la población y podría afectar a largo plazo la fuerza laboral y la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social y pensiones. Además, la reducción de matrimonios y familias más pequeñas refleja cambios en la estructura familiar, mientras que las diferencias regionales en la maternidad adolescente evidencian desigualdades sociales, generando un desfase entre las necesidades demográficas y los patrones sociales actuales que plantea importantes desafíos para la planificación pública, la educación, la salud y la política social en el país.
EDADES PROMEDIO DE LOS PADRES
Según el INEI, en 2023 la edad promedio de las madres al momento del nacimiento de sus hijos fue de 29 años, mientras que la de los padres alcanzó los 32 años, representando ambos un aumento de un año en comparación con 2022. Este cambio refleja la tendencia de postergar la maternidad y la paternidad debido a factores como la búsqueda de mayor estabilidad económica, la prolongación de los estudios superiores y la consolidación profesional antes de formar una familia. Además, los grupos más frecuentes entre las madres se ubicaron entre los 25 y 29 años (24,3 %) y entre los 30 y 34 años (23 %), mientras que las madres adolescentes representaron el 11,3 % de los nacimientos. Para los padres, la mayor proporción correspondió a edades de 30 a 34 años (23,4 %) y 25 a 29 años (21,9 %). Sin embargo, hasta la fecha, los datos oficiales más recientes corresponden a 2023, ya que el INEI aún no ha publicado cifras de 2024 ni del año actual 2025, por lo que no es posible establecer una comparación más actualizada.
CAMBIO EN PRIORIDADES DE LOS JÓVENES
En la actualidad, muchos jóvenes en el Perú priorizan metas personales y profesionales antes de formar una familia, lo que ha generado un cambio notable en la manera de entender la vida adulta.
La búsqueda de estabilidad económica, la culminación de estudios superiores y el deseo de viajar o emprender proyectos individuales son factores que influyen en la decisión de postergar o incluso descartar la idea de tener hijos. A diferencia de generaciones anteriores, para quienes el matrimonio y la paternidad eran pasos naturales y casi obligatorios, hoy existe una mayor apertura a estilos de vida alternativos, donde la realización personal no está necesariamente vinculada a la crianza de una familia.
FACTORES ECONÓMICOS
La economía se ha convertido en una de las principales razones por las cuales muchas parejas optan por no tener hijos o reducir el número de estos. El costo de vida en las ciudades, especialmente en Lima, se ha incrementado considerablemente, y con ello los gastos relacionados con vivienda, alimentación, educación y salud. A esto se suma la inestabilidad laboral que enfrentan los jóvenes, marcada por la informalidad y bajos salarios, lo cual dificulta proyectar un futuro seguro para sostener a una familia. En este escenario, la maternidad y la paternidad son vistas más como una carga económica que como un proyecto deseado.
IMPACTO ECONÓMICO A LARGO PLAZO
El efecto de la baja natalidad sobre la economía peruana se sentirá con fuerza en los próximos años. Menos nacimientos significan menos jóvenes que ingresarán al mercado laboral, lo cual puede ralentizar el crecimiento económico y disminuir la productividad del país. Además, el financiamiento de los sistemas de pensiones y de salud pública se verá comprometido, ya que se requerirán más recursos para atender a una población envejecida, mientras que el número de aportantes disminuirá. Este desbalance generará presiones fiscales y la necesidad de replantear políticas de sostenibilidad económica.
COMPARACIÓN CON OTROS PAISES
El fenómeno de la baja natalidad no es exclusivo del Perú; de hecho, se trata de una tendencia mundial. En países europeos como España, Italia y Alemania, la caída en los nacimientos ha llevado a gobiernos a implementar políticas de estímulo, como ayudas económicas, permisos de maternidad y paternidad extendidos, y subsidios para el cuidado infantil. En América Latina, naciones como Chile y Brasil experimentan situaciones similares, aunque en diferentes magnitudes. Comparado con estos casos, Perú aún se encuentra en una etapa inicial del problema, pero las estadísticas muestran que podría replicar en el futuro las dificultades ya enfrentadas por otros países.
ROL DEL ESTADO Y POLÍTICAS PÚBLICAS
Frente a esta realidad, el rol del Estado es clave para mitigar las consecuencias de la baja natalidad. En Perú todavía son limitadas las políticas de incentivo a la maternidad y paternidad, y existe una gran brecha en el acceso a servicios de cuidado infantil, licencias laborales adecuadas y programas de apoyo económico a las familias. Para revertir la tendencia, el gobierno debería implementar medidas integrales que faciliten la conciliación entre la vida laboral y familiar, además de generar seguridad económica en las nuevas generaciones. Sin este tipo de políticas, la natalidad seguirá disminuyendo y el impacto social y económico será inevitable.
CONCLUSION
La baja de la natalidad en el Perú acarrea serias consecuencias demográficas, económicas, sociales y culturales: acelera el cambio importante de la población hacía más viejos y reduce la base joven de la pirámide, comprometiendo el reemplazo generacional o la fuerza de trabajo futura; aumenta la presión sobre el sistema de pensiones y sobre la demanda de servicios de salud, con riesgo de afectar el crecimiento económico; transforma los modelos familiares, la necesidad educativa y las proyecciones urbanas y rurales, generando así mayor dependencia de la migración; y finalmente, cambia las prioridades y valores de los jóvenes, que priorizan las metas personales y profesionales en desmedro de la parentalidad, lo que configura un ambiente de grandes desafíos para el Estado y la sociedad.
BIBLIOGRAFÍA
- El Comercio. (2025, enero 14). El país de los solteros: ¿Por qué los peruanos ya no quieren hijos ni matrimonio?. https://elcomercio.pe/lima/sucesos/inei-reportan-una-disminucion-de-20-de-nacimientos-en-el-pais-durante-los-ultimos-anos-por-que-los-peruanos-no-quieren-tener-hijos-matrimonios-divorcios-tasa-de-natalidad-separaciones-casamientos-noticia/
- El Peruano. (2024, diciembre 10). El número de nacimientos en Perú cae en 20.4% desde el 2019 y el INEI ya habla de tendencia. https://elperuano.pe/noticia/259729-el-numero-de-nacimientos-en-peru-cae-en-204-desde-el-2019-y-el-inei-ya-habla-de-tendencia
- Redacción Diario Correo. (2025, 7 de agosto). Perú envejece rápido y registra una de las tasas de natalidad más bajas de Latinoamérica. Diario Correo.https://www.infobae.com/peru/2024/12/28/nacimientos-en-peru-se-redujeron-mas-de-20-por-que-cada-vez-mas-jovenes-deciden-no-tener-hijos-ni-casarse/?outputType=amp-type
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