Este nuevo gabinete de Jose Jeri enfrenta una serie de desafíos cruciales que marcaran el rumbo de su corto mandato antes de las próximas elecciones. Es necesario mencionar que la inseguridad ciudadana y el avance del crimen organizado se ha convertido en una prioridad, la población exige resultados inmediatos. En este sentido, la gestión del gabinete deberá demostrar eficiencia y sobre todo capacidad para recuperar la confianza de la ciudadanía. Pese a que el actual presidente ha intentado dar una imagen de reconciliación nacional, esto no sería sencillo, ya que el congreso se mantiene fragmentado y los sectores sociales continúan movilizados.

De manera crítica, el nuevo gabinete parece moverse a un ideal de cambio, aunque el discurso presidencial apunta a la renovación y al diálogo hay un gran reto del gobierno para demostrar coherencia entre su mensaje y sus acciones, debiendo priorizar políticas que impacten directamente en la vida de la población. Si es que se logra mantener una estabilidad y recuperar la confianza pública, el gabinete podría marcar una etapa de transición ordenada. Sin embargo, si no lo consigue corre el riesgo de convertirse en una administración más en medio del ciclo de crisis políticas que ha caracterizado a nuestro país en estos últimos años.