El conflicto de la regulación de

la minería ilegal en el Perú

Autores:

Gloria Alexandra Guevara Romero,

Jim Snider Maguhn Navarro y Sthefany Gianella Trucios Villegas.

Editor:

Nallely Betsabe Carrion Guerra

La minería ilegal en el Perú es una actividad que representa una problemática que atenta contra el desarrollo sostenible que se encuentra ligado a dicha actividad extractiva. Su impacto más significativo se ve reflejado en el plano económico, ambiental y social. En el área económica, el desarrollo de dicha actividad representa una pérdida millonaria de ingresos para el Estado peruano, ya que, al no estar regularizado bajo los estándares de operativos avalados por el gobierno, no existe un control de los ingresos generados por la minería ilegal ni una recaudación de los impuestos correspondientes. Asimismo, sus vínculos con el crimen organizado facilita el delito de lavado de activos que atentan contra el orden socioeconómico.

En el área ambiental, es una de las principales actividades que contamina los ríos y suelos con químicos como el mercurio y cianuro; además, trae como consecuencia una extensa deforestación de la selva amazónica, lo que genera un impacto significativo en el equilibrio ambiental. Por último, en el área social, la minería ilegal ha generado conflictos sociales que involucran temas importantes como: la salud, informalidad, entre otros; lo que trae a como consecuencia el debate acerca de los estándares establecidos para su regularización por parte del Estado. A continuación, se explicará de forma más detallada los puntos abordados y su relación con la actual problemática sobre los Decretos Supremos N°009-25-EM y N°012-2025-EM que buscan establecer un marco para la formalización de la actividad minera.

Problemas Económicos que genera la minería ilegal

La minería ilegal genera serios problemas económicos que afectan tanto al Estado como a la sociedad en general. Una de las principales consecuencias es la pérdida de recaudación fiscal, ya que quienes realizan esta actividad no pagan impuestos, regalías ni otros aportes al Estado, lo que limita el financiamiento de servicios públicos esenciales como salud, educación e infraestructura. Además, fomenta la economía informal y crea una competencia desleal frente a las empresas que sí cumplen con la ley. Esta actividad también está estrechamente vinculada al lavado de activos y la corrupción, alimentando redes criminales que distorsionan el funcionamiento económico y socavan la institucionalidad. La presencia de minería ilegal genera, además, inseguridad jurídica y conflictos sociales, factores que desalientan la inversión nacional y extranjera, reduciendo las oportunidades de desarrollo sostenible. Por otro lado, la destrucción de los recursos naturales representa una pérdida económica significativa, ya que se degrada el valor de activos que podrían aprovecharse de forma sostenible.

“La minería ilegal afectará las finanzas públicas del 2025 con una pérdida estimada de S/ 7 800 millones, incluyendo S/ 5 200 millones por Impuesto a la Renta y S/ 2 600 millones por canon minero, impactando regiones como Puno, Arequipa y Madre de Dios” Según RPP

Impactos Socioambientales en el Perú

La minería ilegal genera serios problemas económicos que afectan tanto al Estado como a la sociedad en general. Una de las principales consecuencias es la pérdida de recaudación fiscal, ya que quienes realizan esta actividad no pagan impuestos, regalías ni otros aportes al Estado, lo que limita el financiamiento de servicios públicos esenciales como salud, educación e infraestructura. Además, fomenta la economía informal y crea una competencia desleal frente a las empresas que sí cumplen con la ley. Esta actividad también está estrechamente vinculada al lavado de activos y la corrupción, alimentando redes criminales que distorsionan el funcionamiento económico y socavan la institucionalidad. La presencia de minería ilegal genera, además, inseguridad jurídica y conflictos sociales, factores que desalientan la inversión nacional y extranjera, reduciendo las oportunidades de desarrollo sostenible. Por otro lado, la destrucción de los recursos naturales representa una pérdida económica significativa, ya que se degrada el valor de activos que podrían aprovecharse de forma sostenible.

El conflicto por la formalización de la minería informal

Las recientes protestas en el país protagonizadas por miles de mineros artesanales y de pequeña escala han evidenciado la profunda crisis y el descontento que genera el actual proceso de formalización en el país. El epicentro de este conflicto es la inminente finalización del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO) y las estrictas causales de exclusión, que amenazan con dejar en la informalidad a una gran cantidad de población que depende de esta actividad. 

El Gobierno peruano, a través de los Decretos Supremos N°009-25-EM y N°012-2025-EM, ha intentado establecer un marco para la formalización de la minería artesanal y de pequeña escala. El D.S N°012 inicialmente prorrogó la vigencia del REINFO hasta el 31 de diciembre del presente año, pero al mismo tiempo estableció causales de exclusión que los mineros consideran inviables, tales como: 

  • Desarrollar actividad minera fuera del derecho minero declarado en el REINFO.
  • Utilizar la inscripción en el REINFO para beneficiar a terceros no inscritos en el mismo.
  • No presentar la Declaración Anual Consolidada o presentar información falsa en la misma 

Por otro lado, el D.S 009, que aprueba el Reglamento de la Ley N°32213, introduce una nueva causal de exclusión: declarar producción propia que provenga de un tercero. Además, este último decreto crea el Sistema Interoperabilidad de la Pequeña Minería y Minería Artesanal (SIPMMA), una herramienta digital para supervisar la trazabilidad de minerales e insumos.

A pesar de estos esfuerzos, la ejecución de estas normas ha sido insuficiente. Las estructuras criminales detrás de la minería ilegal se han adaptado, y la implementación ha sido débil debido a falta de presencia estatal, corrupción local y ausencia de alternativas económicas viables.

¿Qué nos dicen los mineros “informales”?

Los que se manifiestan critican que dentro de estas causales no se considera su dinámica “errante” que predomina en la minería artesanal, estos se mueven constantemente entre las vetas agotadas, lo que dificulta tener una ubicación fija y cumplir con requisitos administrativos y ambientales puntuales que se les exige. Uno de sus representantes, Raúl García Melgarejo, vicepresidente de la Asociación de Mineros Puerto Inca de Huánuco, ha enfatizado que estas políticas “nos quieren excluir, nos quieren matar, nos quieren matar”, en favor de la mediana y gran minería. 

Los mineros que hoy se manifiestan en varias provincias del Perú, insisten en su derecho al trabajo y rechazan que se les clasifique de ilegales. Argumentan que, a pesar de las dificultades para formalizarse, muchos tributan, tienen personal en planilla y cumplen con las normativas como la emisión de guías de transporte y facturación. Según García Melgarejo, la exclusión masiva de mineros en el REINFO, llegando hasta 50,000, no se debe a que no estén activos sino a la falta de un mecanismo flexible por parte del Estado.

La firmeza del Gobierno ante las manifestaciones mineras

La situación en torno a la formalización minera se ha visto alterada por las declaraciones de la presidenta Dina Boluarte y el reciente comunicado del MINEM. A inicios de julio del presente año, la presidenta se pronunció directamente sobre los mineros manifestantes en el sur del país, calificandolos como “mineros ilegales”, la mandataria en su mensaje los llama a trabajar unidos para formalizar la minería legal, argumentando que la actividad ilegal provoca la pérdida de millones de divisas en impuestos para el Perú. 

Sumándose a los comunicados, el día 17 de julio, el MINEM público uno donde menciona que “desmiente categóricamente que se haya producido un retroceso en el proceso de formalización minera” y reconoce que los mineros excluidos del REINFO tienen derecho a presentar reconsideraciones amparadas en la Ley N°27444. Sin embargo, en el comunicado indica claramente que esta reconsideración “no implica la reincorporación automática”, todos los casos serán evaluados de forma individual y rigurosa, reafirmando así un compromiso con un proceso transparente, técnico y estricto con el cumplimiento de la ley.

En otros mensajes de la mandataria endurece su postura contra la minería ilegal, a la que atribuye graves delitos ambientales, laborales y sociales, asegurando que no habrá retroceso en su combate y que no pactará con grupos violentos responsables de pérdidas económicas de 7,500 millones de soles. Sin embargo, en un gesto de diálogo estratégico, convocó a una mesa de trabajo para el 18 de julio con instituciones clave y gremios formales, buscando avanzar en la formalización de los 31,560 mineros ya autorizados en el REINFO, la implementación de derechos laborales y la creación de una nueva ley para la pequeña minería, evidenciando una estrategia dual de confrontación con la ilegalidad y diálogo selectivo para la formalización. 

Conclusión

La minería ilegal constituye una de las problemáticas más urgentes y complejas del Perú, con efectos profundamente negativos en los ámbitos ambiental, económico, social e institucional. Sus consecuencias incluyen la deforestación masiva, la contaminación por metales pesados como el mercurio y el cianuro, la afectación directa a la salud humana así como el debilitamiento de la capacidad fiscal del Estado, la expansión de la informalidad, la evasión tributaria y el lavado de activos. Si bien el gobierno ha promulgado diversas normas orientadas a combatir la minería ilegal, la efectividad de estas disposiciones ha sido limitada debido a la débil capacidad operativa estatal. Lejos de resolver la problemática, esta situación ha provocado protestas y conflictos sociales, alimentados por la percepción de abandono estatal y la falta de condiciones adecuadas para que los pequeños mineros puedan incorporarse a la legalidad. Ello evidencia la necesidad de replantear el enfoque actual, adoptando una estrategia diferenciada que permita distinguir entre la minería artesanal de subsistencia y las actividades criminales que operan bajo su amparo.

En consecuencia, es imprescindible que el Estado implemente una política integral y sostenida que tenga en consideración: un control efectivo del territorio, el fortalecimiento institucional, el diálogo con los actores involucrados, la promoción de alternativas económicas sostenibles y un proceso de formalización realista e inclusivo. Solo así será posible frenar el avance de la minería ilegal y consolidar un modelo de desarrollo que articule el desarrollo sostenible, la justicia ambiental y el bienestar social.

Bibliografía

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05/08/2025

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David

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